El consumidor online ante el coronavirus
En esta situación de “nueva normalidad” nos encontramos ante semanas y días decisivos para la evolución de la economía. Con una situación cambiante las empresas se ven ante la imposibilidad de hacer planes y actúan día a día de forma reactiva.
Entendiendo que esta situación es algo a lo que hay que adaptarse, y que no va a desaparecer, os traemos una pequeña valoración basada en el reciente estudio de Google ” ¿Un nuevo comienzo en una nueva realidad?” , del que ha publicado la primera parte y que podéis consultar en el enlace.
España tras el confinamiento
La caída del PIB (-18,3%) no tiene precedentes, duplicando a la de la crisis del 2008. La caída del gasto de las familias es aún mayor, de un 27%, lo que supone dejar de inyectar a la economía 50 mil millones de euros. Por contra, la tasa de paro se mantiene estable debido, sobre todo, a los ERTEs.
El consumidor tras el confinaniento
Con el “back to school”, las emociones predominantes son negativas sobre todo de frustración y falta de esperanza. Tras un verano en el que no se ha podido desconectar debido a las restricciones y a que mucha gente ha tenido que trabajar tras estar confinados, llega un septiembre decepcionante. Nos vemos ante la misma tesitura generando hartazgo y rabia.
El consumidor ante el coronavirus
Aquí hay que hacer una distinción, que en roimaiori.com pensamos que el estudio de Google no contempla: los consumidores que han visto o ven peligrar su trabajo frente a aquellos que “sólo” están sufriendo las restricciones propias de la pandemia.
En el primer grupo (autónomos, trabajadores en ERTE, etc) se produce un comportamiento muy defensivo ante lo incierto de la situación presente y futura (tal y como indica el estudio la confianza de los consumidores se encuentra en niveles de 2013). Esto va a limitar la compra de bienes no esenciales, cuya compra se pueda postergar, o aquellos que impliquen financiación extra.
En el segundo grupo (en el que se centra el estudio), están los consumidores que perciben su futuro profesional con cierta estabilidad. El comportamiento de estos consumidores es muy diferente y se caracteriza por el ahorro involuntario y la reorientación del gasto. En éste nos vamos a centrar:
Durante los meses de confinamiento y “desescalada” se produjo un ahorro forzoso ante la imposibilidad de salir de casa o llevar a cabo ciertas actividades, lo que ha llevado a muchos consumidores a ahorrar de manera obligada en ciertos gastos.
En la actualidad se prevé un cambio en ciertos patrones de gasto dado que áreas como el transporte, el ocio o la restauración siguen con restricciones o son vistos como actividades “de riesgo” y el dinero destinado a esos sectores es previsible que se dedique a otras áreas.