El turismo de alto valor exige un enfoque distinto: el viajero compara, busca experiencias y decide en función de la percepción de calidad, no del precio. El reto no es atraer más visitas, sino atraer al huésped o viajero adecuado. Diseñamos estrategias digitales que refuerzan tu propuesta, reducen dependencia de OTAs y generan demanda directa con una intención de reserva real, sostenible y rentable.
Reducimos comisiones y dependencia de OTAs mediante campañas y estructuras digitales que atraen tráfico cualificado dispuesto a reservar directamente.
Posicionamiento experiencial y diferenciación real
Creamos un sistema que estabiliza la llegada de reservas, minimizando la estacionalidad y maximizando la ocupación rentable.

Mejora tus resultados digitales
Valoraciones reales
El sector turístico vive un escenario cada vez más competitivo. El viajero tiene más opciones, más plataformas donde comparar y una capacidad mayor para identificar propuestas que no cumplen lo prometido. A esto se suma la dependencia creciente de OTAs, que garantizan ocupación pero reducen margen y limitan la relación directa con el huésped. Por todo ello, el marketing digital turístico debe orientarse a recuperar control: más reservas directas, más visibilidad estratégica y un mensaje que destaque de forma clara la experiencia que ofrece cada alojamiento o empresa turística.
El primer desafío está en la diferenciación. Muchos alojamientos comunican lo mismo: ubicación, comodidad, instalaciones, buen servicio. Sin embargo, el viajero no elige por datos funcionales; elige por expectativa, por estética, por atmósfera o por especialización. Por eso, la estrategia digital debe construir una narrativa que explique qué hace único al alojamiento o la experiencia turística. Esto puede ser el enclave natural, la arquitectura, la privacidad, la gastronomía o una temática específica como wellness, deporte, rutas culturales o naturaleza.
El posicionamiento experiencial es clave. Los viajeros no buscan “un hotel”, sino una experiencia que se ajuste al tipo de viaje que quieren vivir. Por eso, parte de la estrategia consiste en traducir atributos físicos —una habitación, una piscina, un entorno— en sensaciones: calma, desconexión, aventura, exclusividad o cuidado. Ese lenguaje, trabajado correctamente, aumenta la conversión y refuerza la percepción de valor.
Otro punto fundamental es la independencia de las OTAs. Booking y Airbnb aportan visibilidad, pero con un coste elevado: comisiones, falta de control sobre la relación con el huésped y dependencia estacional. Para reducir esa dependencia, hay que construir un canal directo sólido basado en tres pilares: campañas de tráfico cualificado, una web que convierta y un sistema de remarketing que recupere usuarios indecisos. El objetivo no es eliminar las OTAs, sino equilibrarlas.
La publicidad debe orientarse a intención, no a clics. En Meta o Google, los mejores resultados vienen de campañas que segmentan por comportamiento de viaje, nivel adquisitivo, intereses específicos y señales de búsqueda como “hotel boutique en…”, “villa privada con piscina”, “experiencias premium en…”, “retiro rural”, etc. El tráfico debe llegar ya predispuesto, no arrastrado por mensajes genéricos.
Las creatividades juegan un papel decisivo. En turismo, la estética es argumento. Imágenes reales, bien compuestas y coherentes con la experiencia generan confianza inmediata. A diferencia de otros sectores, el viajero decide emocionalmente y valida racionalmente. Por eso, la primera impresión debe comunicar ambiente, estilo y coherencia.
La web, por su parte, debe estar orientada a conversión directa. Un alojamiento o empresa turística con una web lenta, confusa o saturada de información pierde ventas aunque tenga buena demanda. La estructura ideal prioriza claridad, imágenes de alta calidad, textos breves y funcionales, procesos simples y una llamada a la acción persistente. El usuario debe visualizar cómo será su estancia o experiencia antes incluso de explorar tarifas.
El contenido también debe tener un rol estratégico. En turismo, los artículos genéricos no generan reservas. Lo que funciona es contenido vinculado al tipo de viaje: guías sobre la zona, propuestas de actividades, recomendaciones de temporada, explicaciones sobre el entorno o itinerarios. Este contenido no solo posiciona, sino que atrae tráfico con mayor intención viajera.
La estacionalidad es otro factor crítico. Muchos alojamientos dependen en exceso de temporadas específicas, mientras que otros no consiguen activar meses intermedios. La clave es segmentar campañas por temporada y construir mensajes adaptados a cada momento: escapadas, puentes, verano, invierno, eventos locales o turismo temático. Esto permite mantener un flujo estable de solicitudes durante todo el año.
Para operadores turísticos especializados, la estrategia debe trabajar con más profundidad la intención. Quien busca una experiencia concreta —gastronómica, deportiva, cultural, wellness, aventura— responde a mensajes que explican valor, preparación, profesionalidad y diferenciación frente a alternativas genéricas. No se trata solo de mostrar la actividad, sino de justificar por qué tiene un precio superior o por qué aporta más valor.
La medición debe centrarse en datos relevantes para el negocio: coste por reserva directa, ratio de conversión por canal, retorno de campañas y coste por cliente recurrente. A partir de ahí se optimiza la inversión y se equilibran los canales para aumentar margen.
Finalmente, el marketing digital turístico no debe depender de acciones puntuales ni de modas. La consistencia es la que construye reputación, mantiene demanda en meses difíciles y posiciona un alojamiento o experiencia por encima de competidores que solo reaccionan cuando baja la ocupación.
En resumen, el marketing digital en turismo no consiste en atraer más clics, sino en atraer a los viajeros adecuados, los que buscan justamente la experiencia que ofreces. Con un sistema bien diseñado, el canal directo crece, la dependencia de intermediarios se reduce y la rentabilidad aumenta.
En Roimaiori trabajamos cerca de nuestros clientes. Contamos con presencia en diferentes ciudades para ofrecer un acompañamiento real y estrategias adaptadas a cada mercado local.
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